martes, 22 de octubre de 2019

Algo bello


Algo bello

Observar el dolor,
en calma dejarlo reposar,
que la alquimia y el misterio
             lo destilen.
Hacer de él algo manejable,
darle contornos, límites,
situarlo en el blanco papel.

Entonces…
desatar la magia,
que el ruido sea música,
triste consuelo estético
a veces de alegre compás.
Y así todo ese babel,
sufrimiento y locura,
hechos materia asible,
vivible, soportable,
y a veces…
            incluso bella.

David Sánchez-Valverde Montero (Mi primavera contra el mundo)
Imagen: Iñaki Mendivi Armendáriz


domingo, 13 de octubre de 2019

Nada más (Las cosas que)



Nada más (Las cosas que)

Te incorporas por la mañana y apoyas los pies al borde de la cama. El suelo es escarcha, y te preguntas quién eres y en qué mundo has despertado. El agua fría sobre tu cara arrastra los rescoldos del sueño en su caída. Después sales poco a poco a la vida. Discurre el día y una vez más te asombras por no haberte extraviado en su laberinto. Pero hoy al regresar a casa, descubres el otoño en los árboles, una falda estampada te cautiva en su vuelo, un bebé al paso te sonríe con todo el rostro, y otra vez el otoño; hojas entreveradas, algunas ya rojas, de todas las tonalidades que el rojo es capaz en su despliegue, penden en las ramas o tapizan la acera. Coges una de ellas y la elevas al trasluz: te maravilla cómo es posible semejante geometría, el diseño lógico, gratuito, fugaz.

Alcanzas tu hogar. Ya acostado, tus ojos recorren la tinta de un libro gastado; la imaginación planea con los sueños de otros, que se confunden con los tuyos, hasta que la noche te vence. Es extraño, piensas antes de caer dormido, pero las cosas que te salvan la vida todos los días, no sirven para nada más.

David Sánchez-Valverde Montero
Fotografía: Iñaki Mendivi Armendáriz

miércoles, 9 de octubre de 2019

Tan cerca...


Tan cerca…

Monto en mi bicicleta.

Me ajusto mis gafas de cristal naranja.
Pero estas sencillas lentes
son mucho más de lo que aparentan.

Tranquilo, sin meta, el mundo transito.

Y descubro, me envuelve la magia de repente,
todo es luz y calma a través del naranja,
dulce amanecer, o atardecer, crepúsculo infinito.

Y la Vida estaba ahí, tan cerca,

pegada a mí, sin distancia,
a solo un color
                       de la felicidad.


David Sánchez-Valverde Montero (Mi primavera contra el mundo)
Imagen cortesía de Iñaki Mendivi Armendáriz

jueves, 3 de octubre de 2019

21 gramos




21 gramos

Adelante, no temas ningún mal, me dijo el guardián de la Puerta.
Parece no estar abierta, contesté parado frente al umbral.
Llevas demasiado equipaje, como todos en este punto, y añadió zanjando el asunto: Poco precisas para este viaje.
Pero si no porto nada conmigo, dije como para mí mismo.
Entre lo que cargas y nada, amigo, se abre un amplísimo abismo, siguió divertido el guardián. Deja aquí las ropas sin ceremonia solemne ni fingido ademán, que no han de quedar secretos que esconda tu cuerpo inerme. Ahora procura, continuó él, soltar el miedo, la culpa, el arrepentimiento, también el odio y la ira, y deja libre al deseo siempre sin remedio hambriento. ¿Ves? Ya se va abriendo la puerta… ¿No sientes ya la llamada que despierta, las eternas praderas y los dedos de la aurora? ¡Vamos!, que ya casi está, entra ahora, eres levedad, toma toda esa luz en calma, que ahora sí, mírate… apenas cargas el peso del alma.


David Sánchez-Valverde Montero
Fotografía: Iñaki Mendivi Armendáriz


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