Primigenio
En
silencio, se dejó caer junto a su abuelo. Pensamientos como yunques lastraban
su mente: monstruosas obsesiones, espirales de tristeza y tribulación, vuelos
en círculo, reincidencias de la memoria, de los afectos y la costumbre.
No
eres solo lo que transita por tu cabeza, le dijo el anciano. Eres también el
hijo de eones de historia cósmica, consciencia hecha de elementos primigenios,
de polvo estelar. Eres el fruto de colosales reacciones, luchas titánicas y
equilibrios improbables entre la materia y fuerzas invisibles.
El
joven miró entonces hacia las alturas. Sintió un vértigo de gozo al confiar en
lo que su abuelo le contaba. Tal vez sus raíces abrazaban un infinito; más allá
del profundo azul.
David Sánchez-Valverde Montero
No hay comentarios:
Publicar un comentario