martes, 12 de marzo de 2024

EROS






EROS


El pequeño dios tensó el arco:

alegre con sus ojos vendados

esperó con paciencia,

cambió de posición, varió el ángulo;

pero sus dedos no titubearon.

 

Aquellos dos corazones animaban dos cuerpos

que danzaban,

para alejarse brevemente y volverse

a encontrar.

 

En un instante eterno la flecha arrancó,

voraz, implacable.

Hendió los pechos de ambos en el mismo lance.

Sus miradas se encontraron entonces:

eran fuego y zozobra,

ansia, sed,

vértigo y condena.

 

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