Las recordara o no
Y entonces,
ante su atónita mirada,
se desplegó un entramado violeta
que todo el lugar abarcaba.
Cada pequeña pieza, cada ventana,
cada rama, arteria, cada veta,
contaba un devenir singular.
Allí estaban todas sus vidas:
pasadas, futuras,
simultáneas;
las recordara o no.
Un consuelo pueril
pero consuelo al cabo,
sintió entonces al pensar,
que de los universos incontables,
cúmulos de combinaciones posibles
en la insondable cifra de realidades,
al menos en una existencia,
paralela o no a la suya,
había una copia de sí mismo
transitando la vida
que él deseaba vivir.
Y muy posiblemente…
anhelando transitar otra.
David Sánchez-Valverde Montero (Mi primavera contra el mundo)
Fotografía: Iñaki Mendivi Armendáriz
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Entradas
-
Muros de cristal El pequeño pez boquea en la penumbra. Intenta atrapar un oxígeno que de nada le sirve. Casi ha dejado de m...
-
Vivir Vive aquel que logra seguir viendo belleza en lugares inhóspitos. Lo demás, si acaso, es supervivencia, inercia, deses...
-
EROS El pequeño dios tensó el arco: alegre con sus ojos vendados esperó con paciencia, cambió de posición, varió el ángulo; pero s...
No hay comentarios:
Publicar un comentario