lunes, 4 de noviembre de 2019

Prodigio



Prodigio

La luz se divierte.
Se abraza, se funde,
desdobla los colores,
vertiginosa pulsación.

Ya en los primeros albores
trazando las rutas del cosmos,
dibujando nebulosas,
seduciendo a la materia
con sus besos de color.
¡Tú, fulguración poderosa!
que te curvas con cada ola
y matizas los azules,
los del cielo, los del mar,
y hasta el verde de unos ojos,
que son como selva esmeralda,
pura magia vegetal.
También pintas los desiertos,
los mil tonos en las dunas;
y cuando de jugar te fatigas,
duermes en los abismos
o asciendes hecha montaña
y en la nieve te reflejas.

Luego en la noche de la ciudad
espejas la piel de la luna
y en la calles oscuras
se abren tus dedos de neón.
Prendes estelas en la vida
y nos abrazas sin más razón
que ofrecerte tú, ser por ser,
fluir así sin desvelo;
que hasta el agua de un charco
pueda en tu prodigio afirmarse,
ser a la vez luz,
     y ser cielo.



David Sánchez-Valverde Montero.
Fotografía: Iñaki Mendivi Armendáriz




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