sábado, 21 de diciembre de 2019

Meditación




Meditación

La conexión da comienzo:                                           
no te aferres a nada,
no rechaces, no busques nada.
Sutil cosquilleo bajo los párpados,
el cuerpo parece dormirse,
no lo permitas, retenlo ahí.
Vibración y placer se expanden,
ocupan todo el espacio mental.

Se atisba la plenitud,
el sosiego, una idea de infinito,
de unión con todo.
El tiempo se revela ilusión,
eternidad en movimiento.
Así pasado y futuro
virutas de algo que no es.
Anclarse al ahora:
deseos, angustia, ansiedad,
miedo… suspendidos.
Salvaje caballo que se templa.

Esfuerzo, hábito, trabajo,
sostener el ahora, evitar su caída,
la dilución en el marasmo
del inclemente discurso interno,
descontrolado torrente de ideas,
emociones, impulsos, obsesiones.
¿Quién más anda ahí?
¿Quién es el que me piensa?

La mirada frontal y desnuda
al instante que habito:
los contornos del cuerpo,
sus límites,
se han desvanecido,
desintegración de las horas,
del día presente, del lunes,
el miércoles, el domingo…
Todo se vacía.
Inabarcable y eterno.
Todo es ahora, o no es.

¡Oh! gozosa levedad,
nada viva,
vacío, vacuidad, ¡no te vayas!

Ya se me escapa otra vez…


David Sánchez-Valverde Montero
Imagen: Iñaki Mendivi Armendáriz

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