sábado, 15 de junio de 2019
Océano
Océano
Y díjole la gaviota
a la ola en su apogeo:
¡Qué grande ser hija del océano excelso!
¿Pero qué dices insensata?,
le replicó la ola erguida,
¡yo no soy hija de nadie!,
que me basto en mi belleza.
La gaviota sonrió y se elevó en el cielo,
por ver mejor a la ola hacer su trazo en el aire,
decaer, morir en la orilla luego,
y regresar veloz con su padre.
David Sánchez-Valverde Montero (Mi primavera contra el mundo)
Fotografía: Iñaki Mendivi Armendáriz
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