sábado, 7 de septiembre de 2019

Fatiga



FATIGA (Exégesis de un instante)

“Acudió a su memoria una expresión de sus años de estudiante: fatiga de los materiales. Fallas en las estructuras de objetos concebidos para perdurar en ciclos inmensos de trabajo y tensión, sometidos a fricción, erosión, corrosión, alternancia de temperaturas. Grietas que atenazaban y devoraban la función de máquinas de alta precisión y excelente rendimiento. Fatiga de los afectos. Por qué no. ¿Acaso el corazón, y no solo en un sentido físico, entendido como un motor, sino también considerado como el asiento del cariño, fracasaba del mismo modo?” (Homo Lubitz. Ricardo Menéndez Salmón)

Una mujer joven, cualquiera y única a la vez, sostenida en el momento de un acto rutinario, casi inconsciente. Produce vértigo mas todo lo intuido en la cita prestada del brillante escritor asturiano, es aplicable a la muchacha de la imagen así como al muro que la guarece. Quizá no seamos solo materia, pero atados a ella transitaremos por este mundo. Y la materia se cansa, se desgasta y a veces, encaja severas derrotas. El muro en primer plano, parece reírse del tiempo y tal vez también de la joven, de su juventud insolente que tampoco (y tan poco) durará. Esa mujer a la que asimismo acuciarán, como a la piedra, fisuras leves al principio, sombras de humedad, verdes trazas de esperanzas baldías. Será amada y amará, a veces no al mismo tiempo; perderá el aliento y sufrirá el cansancio, despertará otras tantas veces del engaño de Cupido, el hastío logrará alcanzarla sin duda y su corazón flaqueará. Pero un latido cubre al que le precede. Y llegará a olvidar, o casi, derrotada pero no vencida, con una herida más, como la roca fatigada y orgullosa.

En fin, fatiga de los materiales, derrotas del corazón.

David Sánchez-Valverde Montero 
Imagen: Iñaki Mendivi Armendáriz

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